Movimiento antifa: una amenaza para la paz y la Seguridad interior del Estado

30.03.2020

Posterior al estallido antisocial acaecido el pasado 18 de octubre del año 2019, muchos eventos de violencia extrema se produjeron en Santiago, basta con recordar las decenas de estaciones de metro quemadas al unísono en distintos puntos de la capital. Tal evento sería la partera de una sucesión de hechos similares que se irían normalizando con el transcurrir de los meses. En tal sentido, quisiera advertir una amenaza inminente para la ciudadanía en su conjunto y, consiguientemente, para la seguridad interior del Estado.

En esta línea, resulta preciso mencionar a uno de los grupos promotores de la violencia, grupo que ha cobrado a estas alturas muchas víctimas: el movimiento "antifa". No obstante, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de "movimiento antifa"? Como el propio término lo sugiere, antifa remite a "antifascismo"; por tanto, entenderemos al movimiento "antifa" como una organización de carácter insurreccional que apela al recurso de la violencia para "frenar" el avance del "fascismo", entendiendo por fascismo no al fascismo histórico ligado al tirano Benito Mussolini, sino a toda organización, manifestación o expresión que contraríe los axiomas ideológicos ligados a la extrema izquierda.

En cuanto a la violencia como tal, varios sucesos dan cuenta del modus operandi con el que actúa este movimiento. Así pues, el día 27 de octubre del año 2018, a la altura del centro cultural GAM (Santiago), alrededor de 300 "antifa" atacaron cobardemente con elementos contundentes y bombas molotov a manifestantes pacíficos de una marcha evangélica, con el propósito de detener la manifestación y expulsar a quienes allí participaban; por otro lado, hace un par de fin de semanas atrás, en la comuna de San Bernardo, apuñalaron a un organizador de un mitin en el contexto de la campaña por el "Rechazo" de cara al plebiscito. Así, estos dos casos ilustran con claridad el cariz de este grupo calificado de terrorista por el presidente de USA Donald Trump.

Considerando estos antecedentes, si queremos mantener la paz y el Estado de Derecho -una vez resuelto el drama del corona Virus, claro está- las autoridades tienen el deber de iniciar una investigación de estos grupos que, vale la pena mencionar, tienen redes internacionales y operan en distintos puntos de Europa y Estados Unidos. No poner cortapizas a estos movimientos insurgentes podría derivar en conflictos armados (como de hecho ya ha ocurrido) y en la organización de grupos contrapuestos agudizándose un cuadro de guerra civil de baja intensidad que bien podría evitarse. 

Que no se diga que no se advirtió.

Rodrigo Norambuena 
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