Gianni Vattimo: Más Allá del Sujeto
Tratar de aproximarnos a la obra de Gianni Vattimo daría para un ensayo completo, por esta razón, trataré de esbozar en un par de líneas generales los conceptos clave que el pensador italiano realizara en su obra Nietzsche Más Allá del Sujeto.
Comencemos...
Partamos por señalar que la idea a la que Vattimo cuestiona es el prefijo "super", ligado al famoso término nietzscheano "super hombre" (Übermensch). Veremos, pues, cómo esta palabra mantiene estrecha relación con la idea de sujeto. Ahora bien, contextualicemos y desarrollemos todo esto desde lo elemental.
No sería temerario afirmar que en cada época de nuestra Historia subyace una ética predominante, "un modo de pensar" (y, por tanto, de razonar) y una metafísica que configura aquello a partir de lo cual los seres humanos guían sus acciones; es decir, todos tenemos nociones de bien y mal, justo e injusto, verdadero y falso (o ni siquiera eso, como veremos), conceptos "dialécticos" que serán puestos en tela de juicio por la tradición hermenéutica a la que representa el italiano y que trascendiera hasta las teorías de la deconstrucción, donde se abroga todo dualismo y se "des-centra" constantemente la centralidad del lenguaje que excluiría todo aspecto periférico.
En este sentido, para el hermeneuta, el "modo de pensar" metafísico propio de la Escolástica Medieval y la moral platónico-cristiana -que arranca desde Aristóteles y Platón en adelante, hasta el positivismo comtiano propio de la modernidad- será blanco de ataque. Y es que, para Vattimo, la metafísica occidental contiene en sí misma una serie de vicios.
Así pues, Vattimo se aproxima a la obra de Nietzsche a partir de las lecturas que hicieran de él tanto Heidegger como Gadamer, para quienes el autor de La Voluntad de Poder representa un punto de inflexión en la filosofía: con Nietzsche se acaba la modernidad; si en la modernidad el centro de consideración moral es el "hombre", entendido a la usanza racionalista, con Nietzsche se inicia una nueva lectura de la filosofía: "se inicia la posmodernidad", con el consecuente desplazamiento del sujeto (que, hasta por aquel entonces, se situaba en la centralidad).
En efecto, si bien Heidegger y Gadamer difieren en algún aspecto en sus lecturas de Nietzsche, Vattimo tratará de depurar todo atisbo de metafísica en el filósofo alemán. En virtud de lo anterior, resulta pertinente introducir un concepto presente en la obra de Nietzsche que Gadamer cuestiona: el sujeto/conciliado.
Para Vattimo, la figura del "sujeto/conciliado" no puede ni siquiera pensarse en los términos de "sujeto", pues la concepción metafísica de sujeto sólo puede ser plausible si lo contextualizamos en un "horizonte de sentido"; dicho de otra manera: no hay un "ser" que habite en la noción de sujeto, sino que tal idea se "modifica" en otra concepción radicalmente diferente.
En este respecto, resultan reveladoras las palabras con que Heidegger aborda esta temática en su Carta sobre el humanismo (1947): "el lenguaje es la casa del ser. En su morada habita el hombre". Por tanto, debemos de entender que lo que requiere especial atención para la tradición hermeneuta de pensamiento es un concepto clave: el lenguaje. Podemos apreciar, así, que el lenguaje es el principal principio del dominio y las estructuras de la lógica serán, para Vattimo, siempre materia de sospecha.